No hay que perderse en condenar la violencia. Pero también debemos restaurar la credibilidad de la gente en la política, empatizar con la realidad de las personas, hablándoles a los ojos y siendo transparentes. Comparto intervención en Sala.

Creo que es tiempo de mirar a la cara a la gente y hablarle con honestidad, debemos hacer real política. Asumir que no tenemos la solución a todos los problemas, y que muchos de ellos no son de fácil o pronta respuesta. Pero hay que ser transparentes.
También es fundamental recuperar los espacios para el diálogo, no lo debemos perder nunca.
Es imperdonable que no busquemos entre todos la mejor respuesta. Dejemos nuestros egos de lado y veamos en el otro a una legitima voz con quien dialogar y encontrar soluciones.

Es profundamente irritante ver como no hemos podido condenar a raja tabla los actos de violencia, como muchos la han relativizado, como incluso se ha fomentado y legitimado.

Yo no me pierdo y espero que nadie se pierda. Entre el malestar social y el vandalismo existe una línea muy clara, absolutamente patente, infinitamente divisoria, y sobre la que no se admite discusión. El malestar social es entendible, contra lo otro debemos luchar con todas nuestras herramientas.

Comparto discurso que di en la Cámara de Diputados de Chile